Quizas sea por ello que este 1º de Mayo es tan esperado, un dia crucial para mostrar la capacidad de demostración de la calse trabajadora, fuera de convocatorias sindicales. En el caso de Murcia y Cartagena empiezan a alinerse las inquietudes y la necesidad de una protesta contundente. Esperaremos que se sucede a lo largo de la jornada, mientras tanto vamos incluyendo las diferetes convocatorias que desde grupos sociales, sindicatos y plataformas sociales van haciendo eco de la fecha.
CNT:
Este año como todos los años y más ahora con los tiempos que corren tras una Huelga General, los sindicatos de la CNT/AIT de la Regional de Murcia hacen un llamamiento a todos los trabajadores para que este 1º de mayo salgan a la calle para demostrar que ya estamos hartos de aguantar tanta injusticia y que sólo somos los mismos trabajadores, como siempre, los que podemos salir de esta crisis inventada por los capitalistas y aquellos que nos gobiernan, sean de derechas o izquierdas.
En esta ocasión la Regional de Murcia de la CNT realizará una manifestación-mitin en la ciudad de Murcia, nuestro sindicato llama a todos los trabajadores y trabajadoras a acudir el próximo 1º de mayo a la plaza de Santo Domingo de Murcia, a las 12 del mediodia, para acabar el recorrido el el parque de los Atalayas donde se celebrara un acto, con mitines y algún concierto.
EL PASADO:
Los mismos que en su momento nos invitaron a consumir cuanto más mejor, a pedir préstamos para todo, a vivir endeudados, ahora nos llaman despilfarradores, y nos dicen que hemos “abusado” del crédito. Pero el mensaje de los bancos era “si lo quieres, lo tienes”. Así que HICIMOS LO QUE NOS DIJERON QUE HICIÉRAMOS. Como si fuéramos niños, se nos convenció de las maravillas del crecimiento económico y se nos hizo entrar en el parque temático del capitalismo. Los bancos fabricaban dinero aunque la economía no producía riqueza real. Se nos dijo que todos teníamos derecho a vivir como ricos, y que consumir era fundamental para mantener el “sistema”. Consumir, ¿pero cómo? Con sueldos cada vez más bajos, la única manera era endeudarse. En aquellos entonces, el ejemplo era el estilo americano de vida. Y para ello, sufrimos varias reformas laborales y una continua pérdida de derechos. Nos decían que era el precio que había que pagar para seguir siendo “competitivos”. Mientras, a las empresas se les reducían impuestos y contribuciones sociales y se bonificaba la contratación. Estábamos vendiendo nuestros derechos sociales para comprar el derecho a disfrutar del espejismo.
Al mismo tiempo, el estado se endeudaba también -sin consultar al “pueblo soberano”, desde luego- lo que permitía bajar los impuestos y seguir manteniendo la ficción de que éramos ricos y poderosos. Eran años de obras faraónicas, de derroche en gastos suntuarios, de corrupción evidente y tolerada
EL PRESENTE:Pero de pronto, el gran capital decide que llegó el momento de cambiar las reglas del juego. Ahora toca llevarse el parquede atracciones a otros países. Se acabó el dar crédito. Ahora ya no les interesa que compremos, sino que produzcamos barato para que puedan comprar en otro sitio. Ahora ya no interesa el euro y el capital quiere jugar a otra cosa, en otros lugares. Ahora el modelo a seguir son los chinos. Trabajar todavía más y cobrar aún menos. Y llega la Reforma Laboral y los recortes sociales. Destinar el producto del trabajo a pagar “la deuda”, a costa de destruir lo público, de empobrecer a toda la sociedad. Ahora nos siguen tratando como niños, pero apelando a nuestra responsabilidad, a que aceptemos lo que nos viene encima sin rechistar, sin protestar, sin exigir. Antes éramos siervos del capital comprando y ahora pretenden que lo seamos subsistiendo.
EL FUTURO:Y de ahora en adelante, ¿vamos a seguir haciendo siempre lo que nos digan? ¿vamos a seguir jugando a este juego? Podemos hacer otra cosa. Como adultos, no como niños. Podemos decidir, podemos escoger. Podemos reclamar una economía basada en la satisfacción de las necesidades y no en el negocio y la rapiña. Podemos organizarnos, como trabajadores para defender nuestros derechos y prepararnos para autogestionar la producción. Podemos organizarnos como consumidores para boicotear a las empresas explotadoras y cómplices con este expolio que sufrimos. Podemos organizarnos como ciudadanos para exigir justicia social y reparto de la riqueza.
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